Ganadería avanzará en el Chaco sobre 4 millones de ha.
La proyección para los próximos diez años es que la ganadería transforme esa superficie, dijo viceministro del MAG. Esto equivale a 400.000 hectáreas por año, casi el doble de lo que se viene deforestando en los últimos años.
Los que defienden este modelo hablan de transformación del suelo para una de las actividades más preponderantes de la economía del país, la ganadería.
Los detractores hablan sin tapujos de deforestación. El punto de encuentro es el hecho de que los bosques del Chaco paraguayo están desapareciendo. Según mediciones de la organización Guyra Paraguay, esto se produce a un ritmo de más de 200.000 hectáreas por año (ver infografía).
Pero la proyección no es disminuir este número, sino todo lo contrario. Se espera que en los próximos diez años se transformen cuatro millones más de hectáreas en el Chaco para destinarlas a la ganadería, confirmó el viceministro de Ganadería, Marcos Medina. Es decir, en promedio, se duplicaría el número de lo que se viene deforestando anualmente.
Medina explicó que esta cifra es considerada «el horizonte de transformación»; es decir, al llegar a las cuatro millones de hectáreas ya no se avanzaría sobre una sola hectárea más.
¿De dónde sale este número? Dentro del llamado Plan de Desarrollo 2030 –un plan del Gobierno– se espera que Paraguay se posicione como quinto exportador de carne bovina. Para ello, el hato ganadero debe aumentar en cuatro millones de cabezas. La relación es una hectárea por cabeza, y el lugar para ello es el Chaco, porque en la Región Oriental existe la Ley de Deforestación Cero, explicó.
«Lo que pasa es que esto no se ve en perspectiva», manifestó Medina, conociendo todo el debate alrededor de la deforestación en el Chaco, que se suscitó en las últimas semanas. En ese marco, uno de los datos que más se destacaron, especialmente en redes sociales, es el revelado por la Universidad de Maryland en el 2014: la mayor tasa de deforestación del mundo se registra en el Chaco paraguayo.
¿Es sustentable? Medina, consciente de todas estas informaciones, aseguró que la ganadería en el Chaco es sustentable, y que la proyección de las cuatro millones de hectáreas es una frontera que no constituye en un peligro. Y además, todo se hace siempre en el marco de la ley, insistió. «El Chaco hoy tiene 14 millones de hectáreas de bosque nativo, que representa el 58% del territorio. Entonces si nosotros transformásemos esas cuatro millones de hectáreas quedaríamos con 10 millones de hectáreas nativas», señaló.
Con este cambio, la reserva forestal superaría el 41% del territorio, siendo que la ley habla de un 25%, comentó. El porcentaje que quedaría dentro de diez años es considerado «el balance», señaló. «Cuando se llegue a ese punto en la siguiente década, ahí deberíamos sentarnos a pensar en otros modelos de desarrollo», indicó. Dijo que, pese a todos los datos que encendieron la alarma, el porcentaje de bosques nativos que se mantienen son superiores a los del resto del mundo. «Se habla de deforestación voraz e inescrupulosa en el Chaco, y eso no es cierto», indicó.
Para él, la ganadería en el Chaco es sostenible porque satisface las tres dimensiones de la sustentabilidad: lo económico, lo social y lo ambiental. «Si hablamos de un desarrollo ambiental nomás no es sustentable, porque dejamos de lado lo económico y lo social», dijo. Inclusive, el Chaco es un modelo de sustentabilidad para el mundo», concluyó.
Cuando se llegue a ese punto en la siguiente década, ahí deberíamos sentarnos a pensar en otros modelos de desarrollo. Marcos Medina, viceministro de Ganadería.
La esclavitud era legal. Tenemos que revisar (la ley) con base en las evidencias de los desastres. Óscar Rivas, ex ministro del Ambiente.
Carbón vegetal sigue suspendido en Europa
El tema de la deforestación en el Chaco tomó nuevamente relevancia en las últimas semanas, tras una publicación del medio británico The Guardian.
El diario publicó un extenso artículo acerca de la suspensión temporal de la venta de carbón vegetal paraguayo en supermercados europeos. Esta medida fue asumida por las empresas, debido a que había dudas acerca de si el producto era elaborado mediante la deforestación ilegal. Las compañías inclusive abrieron investigaciones, según la publicación del medio británico.
La duda fue sembrada a través de una denuncia de la oenegé británica Earthsight, quien acusó a las empresas paraguayas productoras de carbón de ser responsables de la deforestación en el Chaco.
Pasaron más de dos semanas desde la publicación y las ventas del carbón paraguayo siguen suspendidas, informó el presidente de la Federación Paraguaya de Madereros (Fepama), Juan Carlos Altieri.
Ni bien se dio a conocer el artículo, el gremio de madereros salió al paso y se desmarcó de las denuncias de deforestación en territorio chaqueño, alegando que ellos solamente se dedican a transformar parte de los residuos que quedan luego de que la ganadería transforma los suelos.
Inclusive, la cantidad de residuos que la industria llega a transformar en carbón vegetal es ínfima, dijo Altieri.
«Es una pena que sea tan poco (lo utilizado) para hacer carbón y que se pueda exportar. Es mucha la cantidad de tierra o de propiedades en las que se hace cambio de uso de suelo, pero no hay capacidad para procesar», admitió.
En otras palabras, la producción de carbón vegetal se basa en el aprovechamiento de los residuos que deja la transformación del suelo chaqueño para la ganadería.
Con respecto a la suspensión temporal, Altieri dijo que esperan que esta semana haya buenas noticias, porque el perjuicio para la industria es muy grande. Aproximadamente desde hace un mes que están en esta situación, recordó.
Desde Fepama enviaron a las empresas europeas informes que avalan que la producción de carbón se ajusta a las normas ambientales.
Recordemos que en la publicación se destaca que Paraguay es uno de los cinco principales exportadores de carbón del mundo y que Europa es su principal destino. La empresa Bricapar, donde es accionista el ministro de Obras, Ramón Jiménez Gaona, fue responsable del 40% de las exportaciones a la UE en 2017, según Earthsight y reproducido por The Guardian.
Opinión
«Lo que hacemos es legal y sostenible»
El titular de Asociación Rural del Paraguay defendió la ganadería en el Chaco, diciendo que la actividad se ajusta a todas las normativas legales y que también puede ser calificada como sostenible. «No se echa un solo árbol sin que se ajuste a la ley», manifestó, criticando a las oenegés que denuncian sin siquiera conocer el Chaco, dijo. Con respecto a las leyes por las que se rige la transformación del suelo, señaló que no hay motivos para cambiarlas. Dijo que en el Chaco se mantiene más de la mitad de los bosques nativos. «Los ganaderos somos los que más respetamos las leyes», destacó en otro momento. Sobre la relación de la deforestación con los fenómenos climáticos, dijo que se tienen que hacer estudios científicos más serios. Luis Villasanti, de la ARP.
Ley está desfasada y hay evidencias de ello, según experto
Para Óscar Rivas, ex ministro del Ambiente, más allá de lo que digan las oenegés acerca del Chaco, hay evidencias de que debe preocupar.
A su criterio, la sociedad está alarmada no por las informaciones que se difunden, sino por los fenómenos climáticos que se presentan cada vez con más fuerza, como consecuencia de la deforestación.
Esta sería la evidencia de que el ambiente está siendo dañado y que debería obligar a revisar la ley que hoy avala ciertas prácticas, señaló.
«Estamos viendo situaciones importantes, como las olas de calor, fríos intensos, repentinos e inexplicables. Muchas de las condiciones conocidas están cambiando y no precisamente hacia escenarios positivos», manifestó. Si todo sigue igual, se puede llegar a situaciones límite, agregó.
Por ese motivo, la deforestación preocupa más allá de la legalidad o no. Las consideraciones técnicas bajo las cuales se diseñaron las leyes vigentes fueron hechas con información que ya es vieja frente a los nuevos escenarios, dijo. «Debemos evaluar con urgencia lo que estamos haciendo en los territorios», agregó. «La esclavitud era legal. Tenemos que revisar (la ley) con base en las evidencias de los desastres», indicó luego.
También el modelo de desarrollo debe ser revisado, porque –según el ex ministro– ningún desarrollo puede ser calificado como sostenible si no prioriza al ambiente. Ello implica que la productividad pueda aumentar de forma cualitativa, dijo.
Esto coincide a su vez con lo recomendado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), que habla de emplear estrategias tecnológicas y de manejo tendientes a una intensificación sostenible de la producción pecuaria y evitar la deforestación y ampliación de la frontera ganadera.
La vulnerabilización de los territorios perjudica a los seres humanos, a los animales y a la forma de producir, debido a que la tierra se va degradando, explicó. «Y entre los seres humanos, los más vulnerables son los indígenas, los pobladores ribereños, los campesinos», ejemplificó.
«Todavía tenemos la potencialidad de ser un país sustentable en su totalidad, y estamos a punto de perderla», señaló. «Tenemos que mantener lo que todavía nos queda», añadió.UH