Colegas y cómplices: ¿conviene tener amigos en el trabajo?
Por DPA
Se comparte el escritorio, se sale a almorzar todos los mediodías y a veces hasta se toma una cerveza después de horario: es bastante común entre algunos compañeros. Esto tiene muchas ventajas y no sólo para el trabajo, aunque también negativas.
En principio, hacer amigos en el trabajo no tiene nada de malo, afirma el coach laboral alemán Bernd Slaghuis. «Siempre somos personas, incluso en el trabajo», dice. Tener amigos en el trabajo tiene muchas ventajas: se puede hablar con ellos si el jefe tuvo una actitud rara o analizar en conjunto cómo transcurrió un meeting. Todas estas cosas pueden ser mucho más útiles de conversar con un colega que con la propia pareja.
Gabriele Binger, de la Asociación de Psicólogos y Psicólogas alemana, coincide: «Las amistades en el trabajo aumentan la confianza mutua y pueden tener una función fortalecedora y estabilizadora». Esto es sobre todo importante en profesiones en las que hay que confiar mucho en el otro, como por ejemplo en la policía, los bomberos o en el caso de los trabajadores hospitalarios.
Sin embargo, un buen amigo en el trabajo también puede ser un apoyo en otros tipos de trabajo, afirma la coach Kristine Qualen. Si se tiene un mal día, por ejemplo, se puede dejar algo a medio hacer sin que enseguida se genere una imagen laboral negativa o problemática.
Pero como en todo, hay un «pero»: tener un amigo en el trabajo puede hacer que uno se permita ciertas licencias. Esto tiene su contraparte complicada, como cuando, por ejemplo, el amigo espera lealtad por parte de uno cuando es reprendido por el jefe y uno está de acuerdo con el superior. «En esos casos es importante decir: ‘Entiendo que estés enojado, pero estoy de acuerdo con el jefe'», dice Qualen.
¿Y qué pasa con las críticas al jefe o los chismes sobre los compañeros? ¿Conviene moderarse? Los expertos difieren en este punto. De acuerdo con Slaghuis, si se llevan bien, los colegas pueden hablar de todo, «como en una buena pareja».
Pero si no se tiene tanta confianza hay que tener cuidado. «A veces es necesario sacar afuera la frustración», dice Bringer. Pero no hay que olvidar que siempre es posible que haya una pelea o diferencia con el amigo en el futuro. Por eso, hay que preguntarse: «Si nos peleamos, ¿qué hará el otro con todo lo que le conté?».
Por lo general, los conflictos entre amigos en el trabajo son más virulentos. «Pueden perjudicar seriamente el clima laboral», asegura Bringer. Cuanto más estrecha es la relación, más difíciles de solucionar pueden ser los conflictos. Un típico motivo de conflicto surge cuando los dos colegas comenzaron al mismo nivel pero sólo es promovido uno. «Las diferencias producen tensiones», afirma.
Así y todo, aunque la amistad se mantenga intacta, puede generar mal ambiente con los demás colegas, por ejemplo si dos personas se aíslan continuamente y siempre van a almorzar juntas. «Eso no es bonito para el equipo. Cuando hay cuchicheos, los demás se sienten aislados», dice Slaghuis. Por eso, siempre es mejor ampliar el círculo de almuerzos o cervezas después de horario.
Esto rige no sólo en el trabajo, sino con el resto de las personas que se conocen más allá del empleo. «Quien solo se mueve entre colegas no sale del círculo estrecho de su profesión», advierte Bringer. «En ese caso sólo se ven los problemas del propio trabajo, lo que milita mucho la visión del mundo».
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