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Hacia un reconocimiento global: El patrimonio paraguayo ante la Unesco

Por Angie Duarte, ministra de la Senatur

La reciente noticia sobre la propuesta de priorización de futuras postulaciones de los sitios naturales y culturales de Paraguay como Patrimonio Mundial ante la Unesco, es motivo de reflexión y celebración. Como ministra de Turismo, estoy profundamente comprometida con la misión de promover y proteger nuestra rica herencia, y este esfuerzo es un paso crucial hacia el reconocimiento global que nuestros tesoros merecen.

Los sitios seleccionados para ser priorizados —la Misión Jesuítica Guaraní de San Cosme y San Damián, el Templo San Buenaventura de Yaguarón, el Pantanal Paraguayo, el Parque Nacional Defensores del Chaco, el Parque Nacional Médanos del Chaco y la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú— son joyas del patrimonio paraguayo y representan una narrativa profunda de la identidad y la historia de nuestra nación. Todos estos sitios han sido reconocidos por su Valor Universal Excepcional, lo que los convierte en candidatos ideales para ser presentados ante la Unesco.

Cada uno de estos bienes tiene características únicas que lo hacen valioso y especial, y estamos trabajando con dedicación para priorizar aquellos que, en este momento, se encuentran en mejor posición para cumplir con los requisitos necesarios. Es un proceso que lleva tiempo y cuidado, y lo importante es que estamos avanzando en el camino correcto para que estos sitios reciban el reconocimiento que merecen.

La Misión Jesuítica de San Cosme y San Damián y el Templo San Buenaventura de Yaguarón son testimonios tangibles de la influencia y el legado de las misiones jesuíticas y del arte barroco guaraní en Paraguay. Estas estructuras, más allá de ser monumentos, son portadores de relatos que han trascendido generaciones, reflejando la fusión cultural entre los guaraníes y los europeos en una época clave de nuestra historia.

El Templo de Yaguarón, en particular, es una obra maestra del barroco franciscano-guaraní, un estilo que entrelaza la espiritualidad, la devoción y el arte en formas únicas, talladas en madera por manos indígenas. Su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco sería un reconocimiento tanto al valor artístico como a la resistencia cultural y a la identidad del pueblo paraguayo.

Por otro lado, los sitios naturales como el Pantanal Paraguayo, los parques nacionales Defensores del Chaco y Médanos del Chaco, y la Reserva del Bosque Mbaracayú son ejemplos sobresalientes de la riqueza ecológica de nuestro país. Estos ecosistemas albergan una increíble diversidad de flora y fauna y son esenciales para la estabilidad ambiental del planeta.

La postulación de estos sitios ante la Unesco es un acto de justicia histórica. Paraguay ha sido, durante mucho tiempo, un guardián silencioso de estos patrimonios; ahora es el momento de que el mundo reconozca su valor universal. Sin embargo, es crucial mencionar que este es un esfuerzo nacional liderado con orgullo, y que cuenta con el firme compromiso tanto del gobierno como de la sociedad civil para preservar y proteger estos lugares.

Este esfuerzo busca la integración de Paraguay en el mapa mundial del patrimonio y el turismo cultural y natural, lo que podría traer consigo beneficios económicos y educativos de gran significancia. Más importante aún, fortalecería la identidad nacional y el orgullo de los paraguayos por su herencia única e invaluable.