Mezclar energizante y alcohol daña varios órganos y genera agresividad
En el jolgorio de la noche, todo vale. Pero esa apuesta también tiene sus riesgos. En las discotecas y también de manera individual se puso de moda mezclar alcohol con bebidas energizantes, lo que ayuda a aguantar el intenso trajín nocturno.
El jefe de Cátedra de Toxicología y Farmacología del Hospital de Clínicas, doctor Dante Zacarías, explica que con el alcohol se liberan primero los centros subcorticales. “Eso hace que el consumidor se excite al principio. Se produce una euforia y se desenfrena. Al consumir energizantes se vuelve agresivo, despierto, se pierde el temor. Esto hace que se tenga una conducta muy exacerbada”.
Zacarías explica que la cafeína en las bebidas energizantes resulta un estimulante para el sistema nervioso central. “Al ser un estimulante, exacerba al corazón, al cerebro. Lógicamente, esta situación propicia los accidentes y el descontrol. Esta es la ruta que se sigue al realizar esta mezcla”.
El médico enfatiza en que la combinación de ambas bebidas es muy nociva. Además de la agresividad, los reflejos se ven alterados y no existe sensación de cansancio.
Bajada. Luego del pico de euforia, viene el descenso. Esto produce un estado depresivo en el paciente. Dentro de este cuadro, menciona que el individuo entra en un estado de somnolencia, “sobre todo, si se mezcla con ciertas drogas”.
El titular de Toxicología de Clínicas refiere que el riesgo se potencia combinando los energizantes con bebidas destiladas.
“La cerveza tiene muy baja concentración de alcohol, no así otras, como el whisky o el vodka. Pero con bebidas que tengan más de 40º es peor el daño que puede provocar. Cuanto más alta sea la graduación del alcohol es más dañino”.
Zacarías aclara también que el alcohol en sí no eleva la presión arterial, pero sí el estimulante. Señala que la mayoría de estos productos son a base de cafeína, variando la concentración. Otros tienen predominancia de guaraná.
Comentó que en los servicios suelen atender casos de intoxicaciones, en especial en miembros de las barras bravas.
Riesgos. Las bebidas energizantes contienen mucha cafeína. Al consumirlas constantemente, la persona se vuelve dependiente de ella, explica Zacarías. Sin ella, hay somnolencia, problemas para conciliar el sueño y la mente trabaja de manera más lenta.
Por otra parte, señala que el consumo excesivo de los energizantes afecta al corazón, cerebro, así como a los músculos esqueléticos.
“También tiene efecto sobre los riñones y ni qué decir sobre el hígado. Al mezclarlos con bebidas alcohólicas, el alcohol potencia ese daño”.
Haciendo una ecuación sencilla: Con los energizantes uno está más tiempo despierto bebiendo y aumentado el daño a su salud.UH
CDE NEWS.
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